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La invasión que están ejecutando sobre Siria es una manera relativamente barata en términos económicos de invadir un país, pero muy costosa y arriesgada en términos sociales y políticos para los países involucrados.  De hecho, a nivel presupuestario no se han afectado sino muy superficialmente países como USA, Francia y Gran Bretaña.  Para ello debemos saber cómo se está desarrollando la guerra y qué etapas ha tenido para entenderla mejor y ver los posibles efectos.

 El modus operandi de la guerra

Primero que nada, conozcamos la manera en que se está llevando a cabo la guerra, para poder seguir con el análisis.

El conflicto se generó en febrero del 2011 por medio de mensajes telefónicos y de Internet de origen “desconocido” (o mejor dicho, desde el exterior, posiblemente de Estados Unidos) tratando de instigar manifestaciones civiles.  Por un mes seguido estuvieron con ese modus operandi, que nadie atendió.  Al final hubo algunas pequeñas y tímidas manifestaciones pidiendo mayores derechos políticos, las cuales fueron atendidas por el gobierno, estableciendo la constitución más democrática, laica y avanzada entre los países árabes.

Al mismo tiempo empezaron conflictos armados, que en un principio, tenían mayoría de militantes sirios, aunque siempre dirigidos, organizados, armados y financiados desde el exterior.  Hubo algunas batallas importantes, siendo el primer apogeo la de Baba Amro, en Homs.  Desde ese momento la cantidad de sirios entre las milicias fue disminuyendo por el simple hecho de que cayeron en combate y no hubo más personal fresco nativo para el reemplazo.

A partir de entonces, los países que dirigen la guerra han estado reclutando a cualquier tipo de individuos a lo largo y ancho de Asia, África y Europa, principalmente entre los islamistas de corte wahabita o takfirista, y últimamente entre cualquier persona marginal que puedan enviar, y cuya vida no les importe, porque la mayoría no regresan.  Es decir, van a una muerte casi segura, y a estas alturas casi no deben quedar “veteranos” del 2011 o inicios del 2012.  Por estar dirigiéndose a una muerte segura, la condición psicológica de los reclutados no es la de una persona normal:  si viven, tendrán un gran botín producto del saqueo y de las pagas que le hagan los países financistas, pero si mueren, la recompensa será el paraíso celestial que les ofrecen las sectas wahabitas.

Los países que organizan, dirigen, arman y financian la guerra son una “alianza non sancta” entre los gobiernos de los principales países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Israel, y la mayoría de las monarquías árabes, sumando los nuevos gobiernos de corte wahabita de Libia, Túnez y Egipto, y que reclutan un ejército no gubernamental bajo la “franquicia” de Al Qaeda.

El trabajo se lo reparten de la siguiente forma:  USA, Israel y algunos países europeos le venden las armas a granel a los países petroleros árabes (Arabia Saudita, Qatar, Emiratos Árabes Unidos), y estos se los transfieren a los grupos mercenarios armados.  Así, del presupuesto gubernamental de USA y sus principales socios europeos no sale un solo centavo para armar a los invasores, al mismo tiempo que las empresas fabricantes de armas no sólo no ven reducidas sus ventas ante las crisis económicas que azotan sus propios países, sino que además aumentan sus ingresos.  ¡Un negocio redondo! Pero con un gran costo en vidas humanas.

Por su parte, los países petroleros árabes se ven obligados a financiar y organizar la guerra porque sus propias riquezas personales están en los países de la OTAN, así que en la práctica, están “secuestrados” estratégicamente por los países receptores de sus jugosas inversiones.  Como repite el periodista Walter Martínez en su programa Dossier, “deben pagar protección para mantener sus cabezas sobre sus hombros, y sobre sus cabezas la corona”.

O sea, puede que estén trabajando en contra de sus intereses nacionales, pero obedecen las órdenes que les imparten Israel y USA.  A cambio, aprovechan para promocionar su versión de Islam, la de la secta hereje del wahabismo, junto a otras vertientes como las Hermandad Musulmana y los takfiristas.

En otras palabras, y aquí repetimos, hay una “alianza non sancta” entre sectas extremistas al margen del Islam, extremistas sionistas (los del Likud y sus socios), los extremistas de Al Qaeda, los extremistas económicos de Europa y todos los países involucrados, extremistas protestantes del Tea Party (y similares) en USA, y extremistas ideológicos de derecha de esos y muchos otros países.

Luego, están reclutando personal en sus propios países, pero principalmente donde hay una gran población musulmana sunita y muy pobre, que ya ha sido “trabajada” durante lustros por los predicadores religiosos wahabitas y sus similares.  Entre esos países destacan Egipto, Yemen, Pakistán, Afganistán, Turquía, Arabia Saudita, entre muchos otros, porque se han conseguido documentos de mercenarios de más de 30 países, incluyendo de España, Francia, Gran Bretaña, Australia, Bélgica, Holanda, etc.  Muchas veces sus gobiernos no sólo están al tanto, sino que han sido responsables de su participación.

Sumemos a esto los militares y asesores profesionales de los gobiernos involucrados, que pocas veces llegan hasta el frente para evitar bajas vergonzosas, mientras que, para salvar las apariencias, sus autoridades siguen jurando que no están participando, y que cumplen con las leyes internacionales (franceses, británicos, norteamericanos, etc.).

 Las etapas del conflicto

 Por eso podemos afirmar que conceptualmente hablando no hay una “guerra civil” en Siria, porque no hay guerra entre sirios, sino de los invasores contra Siria.

Hasta aquí podemos identificar cuatro etapas de la guerra contra Siria:

1) La etapa virtual, la de las convocatorias por Internet y mensajería de texto, de efecto casi nulo.

2) La etapa de las manifestaciones, que ya fue atendida por el gobierno, se hicieron nuevas elecciones, nueva constitución aprobada por voto popular, etc.  La mayoría de los participantes de esas demostraciones civiles ahora apoyan al gobierno.  Etapa superada con éxito.

3) La etapa del conflicto armado donde había una mayoría de combatientes armados sirios, como una continuación de los conflictos pasados con la Hermandad Musulmana de las décadas de 1970 y 1980.  Duró hasta inicios del 2012.  Los medios de prensa dominantes a nivel internacional los llamaban “desertores”, término insostenible caído en desuso porque si el ejército nacional estaba completo, entonces ¿de dónde salían tantos “desertores”?  Quedan pocos sobrevivientes.  Etapa también superada con éxito por el gobierno.

4) La etapa de la guerra de mercenarios extranjeros a gran escala, y que busca la destrucción del país en todos los sentidos, tanto en vidas humanas como su infraestructura, institucionalidad y unidad territorial.  Han sido peores que los bombardeos aéreos que han ejecutado USA e Israel sobre Palestina, Líbano, Iraq o Libia, causando más daños que cualquiera de ellos.  Esta etapa promete ser larga y dolorosa, y aún se está desarrollando.

Faltaría mencionar una quinta etapa, con la que no han dejado de amenazar, y es la de la intervención militar directa y a gran escala para una guerra total de los propios ejércitos de los países involucrados, como Turquía, Jordania, Israel, Arabia Saudita, USA, Francia e Inglaterra, cuya participación hasta ahora ha sido limitada o de bajo perfil, no confirmada oficialmente.  Pero los países aliados de Siria, como Irán y Rusia, han prometido intervenir para defenderla, por lo que podría estallar una gran guerra, que podría ser lo más cercano a la siempre anunciada y prevista Tercera Guerra Mundial.

Efectos de la guerra en los otros países

Como se ve, el conflicto se ha extendido más allá de lo planeado originalmente, obligándolos a cambiar de estrategias hasta llegar a la que llamamos “cuarta etapa” y la anunciada y amenazante “quinta etapa”.

A) Para las monarquías petroleras árabes la pérdida ha sido completa, porque ellos son los que han asumido el financiamiento de la guerra.  Si no lo hacen, les embargan los millonarios activos que tienen en Europa y USA bajo cualquier pretexto.  Si ganan el conflicto, Siria no tiene la cantidad de recursos multimillonarios que les permita recuperar la “inversión” de la guerra.  Si pierden, sus propios regímenes gubernamentales estarían amenazados en su existencia.  Su único consuelo es en el campo religioso, porque podrían expandir su versión wahabita del Islam, pero solamente si ganan.

B) Turquía, sin lugar a dudas, el país fronterizo más involucrado.  Debido a la prolongación del conflicto, ya está comenzando a sufrir internamente las consecuencias de la guerra debido a que prestan su territorio como base en todos los sentidos para dirigir la guerra.  Es como lo fue Pakistán durante el conflicto afgano antisoviético de la década de 1980, por lo que ya se habla de la “pakistanización” de Turquía, es decir, que grupos delictivos y terroristas armados comiencen a actuar más a sus anchas hasta amenazar con convertirlo en un “estado fallido”.  También ya se ha vuelto a ganar la enemistad con todos sus otros vecinos.  Si participan de lleno y ganan, pueden pasar a ocupar territorio sirio e iraquí, pasando a tener en la zona a Turquía como un nuevo “Israel” pero más gigante, mientras que los territorios sirios pasarían a ser una especie de “Cisjordania” grande.

C) Israel, tal vez el maquinador de todo lo que sucede, por las ganas que tiene de vengarse y destruir al único país que ha sido continuamente su enemigo desde su creación en 1948.  Estaba haciendo la guerra por encargo, es decir, las monarquías árabes, Turquía, el resto de la OTAN y los militantes reclutados en más de 30 países estaban poniendo cada quien su parte, mientras que ellos disfrutaban contemplando y dirigiendo sin participar.  Pero en las últimas semanas se han involucrado más directamente en la guerra, por lo que tal vez al terminar de leer este artículo haya noticias nuevas desde el frente.  Por su tamaño, en una eventual guerra total sufriría grandes daños y pérdidas.

D) Los países europeos, debido a que en sus territorios se está reclutando entre su creciente población musulmana a combatientes para enviar a la guerra, donde llevan a cabo todo tipo de delitos y masacres, ganando o perdiendo en Siria tendrán una influencia negativas en sus propios países, porque cuando esos terroristas, sus amigos o socios regresen a Europa, como ya tienen vasta experiencia en tráfico y contrabando de armas y combatientes, preparación de explosivos, sabotajes, asesinatos, secuestros, robos, saqueos, etc., pues no es descabellado pensar que muchos seguirán haciendo lo mismo a su retorno a (digamos) Francia, Gran Bretaña, y España, por lo que las tradicionales actividades delictivas como tráfico de drogas y trata de blancas pasarán a ser “leves pecaditos veniales” comparados con lo que harían los veteranos de guerra que retornan.  Esto también aplica a otros países donde reclutan combatientes, como en el Yemen, Egipto, Túnez, Pakistán, etc.

E) Siria es la principal afectada.  Si gana, ya tiene un inmenso daño en económico, en infraestructura y vidas humana, pero si pierde la guerra, a todo lo anterior se pierde la propia esencia humana, gubernamental institucional y territorial del país.  Enfocándonos en lo territorial, si se da la temida “quinta etapa”, y llegan a tener éxito los enemigos de Siria, entonces Israel terminaría convirtiéndose en vecino directo de Turquía, mucho más grande y poderosa para un potencial conflicto futuro, aunque ahora sean socios y amigos.  Por lo tanto, para evitar esa posición, es posible que se dividan a Siria en 3 pedazos, al menos:  1) una zona ocupada y/o de influencia de Turquía en el norte de Siria, 2) un estado débil que sería como un amortiguador o “colchón” entre los dos socios, y 3) una zona de ocupada y/o de influencia israelí en el sur.

Sin lugar a dudas, nada agradable el panorama.

Es que iniciaron acciones que nunca debieron haber comenzado, y se ha abierto una “caja de Pandora” de consecuencias inimaginables, que puede terminar causando más daño a quienes la abrieron que a los destinados a ser sus víctimas.  Por algo durante décadas ningún país de la decadente Liga Árabe iniciaba conspiraciones contra el otro y se respetaban.  En Venezuela tenemos un refrán que advierte que “el que tiene rabo de paja no se acerca a la candela porque se puede quemar”.

Jesucristo también dijo “no hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti”, “no miren la pelusa en el ojo ajeno sin ver la viga en el propio ojo”, y “con la vara que midas serás medido”.

Creo que ninguno de ellos ha leído a Jesucristo ni conoce el mencionado refrán venezolano.

Autor: Simón Saba
Economista, M.Sc.
E-mail:  simonsaba250@yahoo.com

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